El lugar en el que estoy se
empieza a mover,
O más bien…. A sacudir, como
en un temblor.
Cables y pantallas por igual
se balancean repentinamente.
Todo se agita
Casi podría jurar que escucho
chirridos de metal contra metal.
Algunas luces, las pocas que hay,
han empezado a apagarse.
Ahí en uno de los monitores
aun se sigue la mostrando la imagen del espejo en el que me miro (¿o el espejo
en el que me encuentro?)
Me doy cuenta de que la cosa
que yo llamo nave se está despedazando.
Hay fuego y pequeños incendios.
Una de las pantallas con vista
al exterior me pone al corriente de lo que está pasando afuera:
Una inmensa ola viene
engullendo todo proveniente desde los confines del universo y viene
directamente hacia la nave y hacia mí.
Este cacharro ultra tecnológico
no se mueve hacia ningún lado.
Se queda en la nada,
recibiendo la ola.
La nave es golpeada de lleno
Todo se cimbra, mi cuerpo
mismo empieza a sangrar, como si estuviera reventando desde adentro
Ojos y oídos expulsan líquido.
Como una débil barca en
altamar y en plena tormenta, la nave es
avasallada por la ola que se contrae…
La nave y yo somos arrastrados
junto con todo lo que no rodea.
Estrellas, lunas, planetas…
galaxias enteras son impactadas y de súbito para siempre borradas del mapa
espacial.
La nave parece estar hecha
para, de alguna manera inexplicable, “navegar” en la ola que se contrae hasta
el punto donde empezó todo.
No puedo decir cuánto tiempo
la nave es arrastrada mientras todo perece y desaparece…
Hemos llegado ya hasta la vía láctea;
sigo sin saber la cuestión del tiempo… pudieron haber sido cientos de años los
que han pasado.
Mi cuerpo no ha sufrido los
estragos del tiempo, mi mente si.
Una mente moribunda para un cuerpo
que no muere.
No es un trato justo.
La vía láctea ha desaparecido,
el Sol se encarga del resto y los alrededores.
A través de las ventanas
irrompibles de la nave puede ver como la ola ya va adquiriendo la forma de una
onda que llega a su fin.
Veo un circulo que empieza a
cerrarse…. Afuera del circulo no hay nada, no está oscuro no claro.
No hay cielo ni suelo
Ni hay vida ni muerte
No hay dolor ni placer
No hay quien se salve ni hay a
quien salvar.
No hay Norte
Ni hay Sur
No hay Este
Ni Oeste
La nada… el vacio infinito.
He llegado junto con la nave
al punto donde empezó el “big bang” hace incontables eones.
Es como estar en el hoyo del
fregadero.
La nave ha soportado todo. Ha sobrevivido
junto conmigo al fin del universo
La nave se me revela como una
presencia orgánica e inteligente y me habla, yo la escucho en mi mente.
(Al escucharla por primera vez,
mi mente toma control del cuerpo que habito. Puedo moverme, caminar… puedo
tocar mi rostro y sentir el parecido que guardo con el cuerpo original que murió
en la Tierra)
Y resulta que…
No es una nave, realmente nunca lo fue…
Es un Dios
Es un Dios y yo lo habito.
Es un Dios y me ha elegido a mí
para ser el último ser vivo sobre la nada.
Pero…
No estoy interesado en eso.
Elijo, libre albedrio, la
muerte junto con todos los demás.
La invoco, pero ella no está
pues también ha muerto.
No tengo elección si quiero
morir debo matar al Dios que habito.
Y en este lugar aunque no
existe el norte, ni el sur, ni el este ni el oeste…
Es fácil encontrarlo.
FIN
mmmm me gusta, porq a mi parecer hay una parte q describe lo q hay después de la muerta, una gran nada y elegir la muerte es una buena opción, ya q la inmortalidad es terrible, vez pasar delante los cuerpos sin vida de muchos seres querido, me gusta tu como siempre muy bien he :D
ResponderEliminargracias leona!!!
ResponderEliminartrasmite de una manera impresionante!!
ResponderEliminarque talento FELICIDADES.