Hola!
Estaban todos esos
caballos fuertes y nobles, tan enérgicos como dinamos y con mirada orgullosa;
Algunos eran mansos
y algunos un tanto nerviosos
Pero esos eran los
mejores caballos.
Decididos corceles
de elegante trote,
Brillantes crines,
bello porte;
Cuando corrían retumbaba
la tierra al golpe de sus cascos
Sus hocicos no
mostraban señas de dentaduras cariadas
De poderosos músculos
estaban formados sus cuerpos.
Ahí estaban esos
equinos, de mirada altiva y buen porte.
Hermosos caballos vieron
pasar las jinetes, embelesadas, una
y otra vez.
Eligiendo a cual
montar, a cual domar
Una y otra vez…
Y ahí estaban todos
esos caballos, siendo observados y seleccionados.
Pero algo distrajo
su atención,
A lo lejos, en lo
alto de la colina, se levantaba una polvareda y se escuchaban terribles estruendos.
No, no era una
tormenta; era un mustang
A su paso el cielo
se coloreaba de negro
Su mirada era
furiosa, su hocico espumeante y parecía desembocado.
Cualquiera que se
atravesara en su camino resultaría dañado,
Pero hubo quienes
dijeron que valía la pena resultar herido si al menos pudieran tan solo
tocarle.
Asi que algunas
jinetes fueron en busca de salvaje mustang y dejaron tras de sí, los hermosos caballos.
Prefirieron el
peligro a la mansedumbre.
Si,
Ahí estuvieron
todas esas jinetes
Y aquí está, aquí estoy a través de él y el a través de mi, este ominoso Mustang:
Herido e
Hiriendo.
Adiós!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
dudas, sugerencias o comentarios?