Canto
Primero: Que trata de los
eventos previos a la llegada del Olvido.
La
última vez que tuve noticia del último de mis maestros fue cuando escuché decir
a los viejos que él y su alma acudieron a bañarse al mar mayor.
Desde ahí pa’l real, no se ha sabido nada
de mi maestro ni de su preciosa alma; excepto en viejas historias que se
cuentan a solo unos cuantos y luego esos cuantos después desaparecen pa’ no
volver jamás.
Advertido de todo esto que pasaba, decidí
entonces nunca emprender un viaje a ningún mar mayor.
Además… yo carecía de un alma; y esos
baños, esos placeres, entonces estaban negados para mí. ¿Para qué emprenderlo?
Para colmo, al desaparecer mi mentor, me
había quedado sin maestros y en el arte del encuentro yo seguía siendo un
neófito. Era yo como un ciego en un campo minado.
Y tropezando por aquí y por allá, encontré a
mi alma, tan perdida e irredenta como yo.
Se me presentó en forma de un gato gigante,
un león…. Arrojado a este mundo igual que el Leonem Nemeum.
En cuanto nos reconocimos, nos abrazamos como
amigos entrañables y sin tener un lenguaje nos comunicamos todo lo que nos era
oculto y no hubo secretos entre nosotros.
Y fuimos mi alma y yo uno solo desde ese momento
perdido en el tiempo.
Y alegraba mis tristezas el alma mía y yo la suyas.
Hoy, contradiciendo mis propios deseos, mi alma y
yo sentimos la necesidad de ir a bañarnos al mar mayor…
Pero no encontramos sus costas; nos perdimos los
dos y llegamos, cansados y sedientos, a aquel rio que provoca el olvido con
solo beber de sus aguas.
El Leteo…
Canto
Segundo: Que ocurre al segundo después de
haber bebido las aguas del olvido.
“No me acuerdo de vos. Tengo muy mala memoria…
¿Quién eras?”
¿La amorosa mujer me cargaba en brazos cuando era
yo un tierno infante?
¿La pesadilla que me persiguió durante años?
¿La mujer-niña que ante mis ojos lloro cuando
escucho el primer no?
¿Aquella que dos veces regresó y que a la tercera
se fue para siempre?
¿La creatividad fantástica y oscura que salía de mi
mano derecha directamente desde el hemisferio izquierdo de mi cerebro?
¿El animal que vino del monte e hizo de mi casa su
casa?
¿Algún mal amigo de una secta freak?
¿Los ojos color miel, la puñalada trapera?
El veneno para las convulsiones?
¿El sonido que se prolongo durante un lustro?
¿La amiga que decidió no supo reconocer al amigo de
antaño?
¿La enfermera que es peor que una puta?
¿Las pinturas surrealistas en formato
cinematográfico?
No me acuerdo de vos
(Tengo muy mala memoria)
¿Quién eras?
…
Canto
Tercero y Último: Donde el alma del neófito responde
la pregunta y concluye la historia de manera abrupta.
-¿Quién soy?-se pregunto a sí mismo el león, mi
alma, y a la vez respondiendo la pregunta, o intentando responderla, que
escuchaba de mi.
-No sé quien soy-gruño el león-Ni de dónde vengo,
ni a donde voy; Pero si sé que a donde quieras que tu vayas,
yo estaré contigo.
FIN
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