domingo, 13 de mayo de 2012

No norte, no sur, no este, no oeste. (parte uno)




Algún día domingo del mes de marzo.
Estoy solo en mi habitación, pensando en todo menos en ti.
Es de madrugada; aun no ha salido el sol y algo malo está ocurriendo en el momento en que estoy pensando en todo menos en ti.
Está ocurriendo pero no puedo ver que es, solo puedo sentirlo dentro de mi cabeza.
Un extraño presentimiento, un augurio todavía sin nombre.
Voy hacia el espejo que está mal colgado sobre la pared del cuarto.
Me veo en él y mis pupilas están muy dilatadas.
El reflejo de mi mismo luce con mal aspecto.
De repente me doy cuenta que el espejo me está viendo a mí y no yo en el.
Me convierto en mi propio reflejo.
Ahora estoy adentro, me convertí en la imagen.
Ahora yo no soy yo; soy la imagen que muestra el espejo.
Desde dentro del espejo veo que todo empieza a arder en la habitación.
Mi propio cuerpo empieza a arder en llamas, se carboniza y luego se hace polvo que se dispersa
Todo se quema, todo arde, todo se cae a pedazos hasta convertirse en cenizas.
La habitación y todo lo que había ahí deja de existir,
La casa es arrasada por una ola expansiva,
Las calles, los postes de luz, los cables, las casas, los arboles, los animales, los seres humanos… todo poco a poco igual está ardiendo, cayendo, desapareciendo,
La colonia desaparece.
La tierra se abre.
El cielo se rasga
El agua se evapora
Todo desaparece menos el espejo que me contiene
Todo se convierte en una gran luz blanca y de repente todo es negro.
Silencio.
Los muertos están durmiendo.

Por contemplar todo lo que sucedía fuera del espejo, no me doy cuenta de la realidad…
Estoy encerrado en un espejo, ni siquiera se si soy yo, soy una imagen, o que en realidad soy.
No sé porque estoy aun dentro del espejo,
Entonces volteo a ver que hay atrás de mi y, con seguridad, me doy cuenta de que…
¡Los preparativos para el viaje han empezado!


(Continuara…)