domingo, 26 de enero de 2014

Las desventuras de Alicia en el país de "no pasa nada".



"Snow white", le decían así por su adicción a la cocaína, la encontró una madrugada deambulando por la calle de la amargura; allá por donde las arañas hacen su nido, muy cerca de la esquina que domina. Alicia estaba muy drogada para recordarlo y seguramente también demasiado alcoholizada para darse cuenta del estado en el que "caminaba" por la banqueta, tropezaba con los coches aparcados y con los postes de luz que se interponían en su camino  que, aunque no sabia a donde iba, sabia que no quería llegar.

Alicia estaba desnuda, ¿alguien la había desnudado? y lo único que traía por ropa era un listón percudido con el cual amarraba su cabello rubio como la cerveza depositada en un vaso a contraluz.
Pero la negra lenona "Snow white", que ya llevaba rato viéndola vomitar su propio vomito, se dispuso a ayudarla porque vio una mina de oro en esa chica rubia y decadente. Así que mando un whatsappazo a su taxista de confianza y quince minutos después ya no estaban la negra lenona ni la rubia decadente por esos lugares,
 era como si ninguna de las dos hubiese existido antes.

La llevaron hasta una cuarteria donde le consiguieron ropa, frío alimento y una cama donde recuperarse de sus excesos. Ahí estuvo varios días.

Mientras pasaron esos días, no hubo una alerta amber ni un reporte de secuestro de una chica con las características físicas de Alicia; quizás no le importaba a nadie, o tal vez no tenia familia alguna que se preocupase por ella. 

Apenas se recupero, le esposaron un tobillo a una cama, una bastante sucia, y la obligaron a prostituirse en un congal donde había mucha clientela con harto dinero y poder. El tipo de cantina donde una persona podría morir y nadie sabría quien fue el asesino.

Alicia nunca se quejo, nunca intento escapar (ni siquiera cuando fue orillada a comerse su propio feto abortado), nunca dijo no a las fantasías sexuales mas perversas jamas oídas en un prostíbulo de mala muerte.

Con los años y después de brutales palizas, Alicia pago su libertad.
Se metió a una clínica de rehabilitación, se desintoxico,
intento formar una familia, pero se divorcio dos veces,
entro a la universidad, se contento con la carta de pasante,
adquirió una casa de infonavit,
se lleno de muchas deudas,
empero,
extrañaba su vieja vida, 
no se podía acostumbrar a la normalidad de la cotidianidad.

Así que una noche se subió a sus tacones mas altos,salio de su casa  (pagable a veinticinco años) y se dirigió rumbo a la zona rosa, ahora convertida en roja y...

volvió a las andadas.



FIN

viernes, 17 de enero de 2014

Sagrado corazón



A la edad de 33, se dio cuenta que su corazón era sagrado.

No porque su persona fuera santa, no porque sus actos fuesen los propios de un santo, no porque sus obras, y sus palabras, condujeran a escaleras directas al cielo y a paraísos extra terrenales.

A decir verdad, nadie sabe como es que su corazón llego a ser sagrado, 
Lo que realmente importa es ilustrarte que el tuyo también lo es, siempre lo ha sido. 

Cada latido es un eco en el infinito de las cosas que son y las cosas que no llegaron a ser.