jueves, 8 de noviembre de 2012

Caballo ganador




Hola!


Estaban todos esos caballos fuertes y nobles, tan enérgicos como dinamos y con mirada orgullosa;
Algunos eran mansos y algunos un tanto nerviosos
Pero esos eran los mejores caballos.
Decididos corceles de elegante trote,
Brillantes crines, bello porte;
Cuando corrían retumbaba la tierra al golpe de sus cascos
Sus hocicos no mostraban señas de dentaduras cariadas
De poderosos músculos estaban formados sus cuerpos.
Ahí estaban esos equinos, de mirada altiva y buen porte.

Hermosos caballos vieron pasar las jinetes, embelesadas,  una y otra vez.
Eligiendo a cual montar, a cual domar
Una y otra vez…

Y ahí estaban todos esos caballos, siendo observados y seleccionados.

Pero algo distrajo su atención,
A lo lejos, en lo alto de la colina, se levantaba una polvareda y se escuchaban terribles  estruendos.
No, no era una tormenta; era un mustang
A su paso el cielo se coloreaba de negro
Su mirada era furiosa, su hocico espumeante y parecía desembocado.
Cualquiera que se atravesara en su camino resultaría dañado,
Pero hubo quienes dijeron que valía la pena resultar herido si al menos pudieran tan solo tocarle.
Asi que algunas jinetes fueron en busca de salvaje mustang y dejaron tras de sí, los hermosos caballos.
Prefirieron el peligro a la mansedumbre.

Si,
Ahí estuvieron todas esas jinetes
Y aquí está, aquí estoy a través de él y el a través de mi, este ominoso Mustang:
Herido e
Hiriendo.


Adiós!