lunes, 28 de noviembre de 2011

¿Quien soy y como llegue a ser? parte 3


Fue a ritmo de vals y de la mano de una compañera de baile desencantada.
Fue así como me despedí de la educación media. Como dato curioso la profesora encargada de la “coreografía” me consiguió a la chica más bonita de la primaria, pero por cuestiones de altura la cambio y me puso al lado de una chica no tan bonita, pero sí de mi tamaño, y además con un plus…tenia ella un carácter infernal.
Craso error!



No llore por los pocos amigos que dejaba al concluir la primaria, no llore por los profesores y ni siquiera me puse a pensar que jamás regresaría a poner un pie en esa primaria, solo supe que todo eso se convertiría en recuerdos.

Pronto entre a la secundaria… no hubo muchos cambios en mi vida o en mi estado de ánimo. Seguía yo siendo el mismo freak que se quedaba a dibujar a la hora de receso y que empezaba a acumular ya sus primeras decenas de comics y sus primeros cientos de dibujos hechos a mano.
En alguna parte del primer año de la secundaria me hice muy amigo de tres jóvenes. Estos tres chicos y yo teníamos muchas cosas en común, así que nos hicimos los mejores amigos, pero por razones no del todo conocidas nos llamábamos a nosotros mismos “malos amigos”; así que éramos los mejores malos amigos que el mundo pudo conocer. Juntos acumulamos toda la cantidad posible de pepsi-cards, tazos, comics, dibujos, horas-juego en super nintendo y maquinas tragamonedas. Hasta la fecha, esa amistad continúa.

Oh! Olvide mencionar que dos años antes de salir de la primaria, frecuentaba mucho la casa de Jazmin y Lizeth. Dos hermanas y vecinas que por su posición económica eran muy dadas a rentar películas en glorioso beta y vhs casi a diario y a invitar helados de sabores. Fue por ellas que empecé a gustar de la compañía femenina más que de la masculina. Fue por ellas que confío más mis cosas y mis secretos a una mujer que a un hombre. Las mujeres son mejores, eso ni dudarlo.

Retomando el hilo de la historia y avanzando dos años en el tiempo, tuve mi primer amor en la secundaria, una linda adolescente de cabello ensortijado y de muy malos gustos (de otra manera yo no le habría gustado); a la cual no le di la importancia que merecía y quizás la hice infeliz y quizás me maldije a mi mismo al hacerlo: pero en ese tiempo yo tenía 12 años y no sabía lo que hacía ni a quien dañaba cuando dejaba de hacer lo que se tiene que hacer. Hoy, ella y yo somos buenos amigos. De vez en cuando me regaña, y muy de vez en cuando nos extrañamos (supongo). Pero…el pasado nos condena.

También en esos años tuve mucho acercamiento con la iglesia católica y cada sábado iba a misa, al terminar la misa nos reuníamos el grupo de jóvenes y las amistades se fortalecían y los amigos se hacían presentes; mientras eso pasaba, Lucia, una chica de aquel grupo de jóvenes, tronaba con su novio y ella corría inmediatamente  a mi casa para decirme que si quería ser su novio y ella obtuvo de mis labios no un beso sino un NO, porque aun a esa edad (13 años yo y ella 16) yo sabía que el amor no es como ella me lo estaba planteando, no se deja a alguien para cambiarlo por otro. Y aunque ella lloro, yo sabía que mi actuar era el correcto.

Dos veces condenado.

En esos años no era tan buen estudiante,
Era pésimo como novio amante
y… nunca estaba adelante.

jueves, 17 de noviembre de 2011

¿Quién soy y como llegue a ser? parte 2...





No recuerdo si antes de empezar a escribir yo ya sabía dibujar… solo sé que en cuanto tenía en mis manos papel y lápiz ya no podía parar de dibujar.

Durante los seis años que duro la primaria salí pocas veces al “recreo”; generalmente me quedaba a dibujar en el salón de clases toda la media hora. Una que otra vez alguien me hacia compañía, pero la mayor parte del tiempo estaba yo solo, no recuerdo a nadie en las dos escuelas primarias que estuve que dibujara tan bien como yo, ni siquiera había quien se acercase a mi nivel (que modesto). Por lo tanto era yo una rareza y chicos y grandes alababan mis destrezas artísticas y por eso era yo muy requerido en cualquier libreta ajena.

A aquel niño llamado Pablito le hice muchos dibujos e incluso libretas enteras que algunas veces llegue a pintar (recuerdo mucho una libreta con ilustraciones de las tortugas ninjas) con esos prismacolor que ya no hacen como antes.
Mi primer encuentro con la muerte ocurrió justo en esa época, el primer acercamiento al temor a morir también.
Fue cuando una niña que se sentaba enfrente de mí y Pablito, estando en el patio de su casa, se cayó dentro de un pozo y se mato. Tenía 11 años.
El día que fuimos a su velorio, la vi dentro de su ataúd y con eso fue suficiente. Esa misma noche no pude dormir y vomite varias veces antes de poder conciliar el sueño. La falta de sueño me duro como tres días y en todos esas veces mi mente me mandaba una y otra vez imágenes de la difunta, era un niño bastante débil.

Mientras eso pasaba entre semana, los fines de semana mi hermano, mi padre y yo construíamos lo que hoy es la casa de mi madre (porque mía no es, a mi no me costó ni un peso). Fueron los peores sábados y domingos de nuestra vida y… duraron muchos años. Demasiados años y… tantos rencores.

Tuve una buena infancia… vivir en callejón sin salida era genial, vivir con tanta familia alrededor era también muy bueno, vivir con una bisabuela que festejaba todas las tradiciones y de fe católica era bastante divertido, ya saben… las posadas, las piñatas, el nacimiento, el árbol de navidad y los regalos, no tener play station ni x-box no importaba porque una de mis tias puso un local del apenas naciente “atari 2600” y con eso estaba bien. Además, y de todas maneras, era mejor tener amigos en toda la cuadra y sus alrededores que estar frente a un monitor o consola.

Mi padre mando a hacernos unas argollas de gimnasia que el colgó en un árbol que estaba frente a la casa de la abuela y por años nos divertimos en esas argollas dando vueltas y vueltas y contemplando el mundo de cabeza desde lo alto.

Y por encima de todas las cosas, estaba y está y estará… mi madre. A veces pienso que es la mejor madre del mundo, y no lo digo porque es mi madre, sino porque con hechos y no palabras lo ha demostrado infinidad de veces. A veces pienso que no soy el hijo que merece, pero… he tratado de serlo. Mi madre es mi verdadera mejor amiga.

Mientras los años pasaban, llego el año en que hubimos de egresar de la primaria y…



miércoles, 9 de noviembre de 2011

¿Quién soy y como llegue a ser? parte 1...





Hola!

Lo primero que recuerdo de mi, es gracias a una foto de mi mismo.
Soy yo, con apenas dos o tres años y estoy en un lugar donde antes hubo pirámides y ahora solo ruinas.
Estoy enojado porque una hermana de mi padre me quería cargar y yo no quería que ella me cargara.
Supongo que yo solo quería contemplar esos vestigios piramidales.
Supongo que desde niño me han llamado la atención esas formas geométricas.
Supongo, a fin de cuentas también, que sencillamente yo solo quería estar en los brazos de mi madre y no de una persona que yo apenas conocía.

Pero eso fue el primer recuerdo que tengo de mi mismo, antes de todo y de todos; ese niño berrinchudo era yo. Tal cual.

Me recuerdo además, alejado. Abstraído y ajeno a los demás. Como si un sentido de no-pertenencia estuviera implantado en mí, desde el nacimiento.
Pienso ahora ya, que desde que tengo uso de razón (aunque en mi faceta surrealista tal cosa es imposible) no me he sentido parte de algo o de alguien (hasta que llego el 2010 pero eso es otra historia). Siempre apartado y aparatándome del resto, como una especie de auto-segregación.

Un freak desde que era un adorable niño de kínder.

Porque… en el kínder también me aislaba de los otros niños.
Y también de los adultos, solo quería estar en mi propio mundo y que nadie se metiera conmigo.
Recuerdo que me gusto mucho la etapa del kínder porque solo tenía que pintar y dibujar, no tenía problemas con ninguna de las dos cosas, así que todo lo hacía bien!
No recuerdo haber tenido ningún amigo, mejor amigo o amiga en el kínder, ni siquiera recuerdo sus caras o sus nombres; tal vez no me interese lo suficiente en ellos y sus vidas. A fin de cuentas solo éramos unos pequeños niños, no había mucho que contar.

Tampoco recuerdo amigos fuera de ese círculo educativo.

Mi ingreso a la educación primaria no tuvo mucha variación.
En la primaria los profesores decían que era flojo y que no ponía atención a sus clases… la verdad es que prefería dibujar antes que poner atención a su palabrería. La verdad es que la mayoría de las clases eran aburridas y de todas maneras, nunca reprobé una materia, ni siquiera un examen parcial; era tan buen estudiante que muchas veces salí portando la bandera en la escolta (en aquel entonces el que llevaba la bandera, era el más “inteligente” de la escuela). 

En esa época ya empezaba a leer mis primeros comics.
Una de mis tías me los compraba, por ella empecé a leer el asombroso “hombre araña”, me ponía loco de contento cuando mi tía llevaba ese comic que antes publicaba novedades editores.
Con el tiempo empecé también a leer los “Hombres X” y fue mayor mi contento.
Empezaba a tener amigos, uno de ellos tenia los mismos gustos que yo por mis propios dibujos
Lo cual era raro, pero se empezó a hacer costumbre en mi que la gente apreciara mas a mis dibujos que a mi mismo
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