jueves, 17 de noviembre de 2011

¿Quién soy y como llegue a ser? parte 2...





No recuerdo si antes de empezar a escribir yo ya sabía dibujar… solo sé que en cuanto tenía en mis manos papel y lápiz ya no podía parar de dibujar.

Durante los seis años que duro la primaria salí pocas veces al “recreo”; generalmente me quedaba a dibujar en el salón de clases toda la media hora. Una que otra vez alguien me hacia compañía, pero la mayor parte del tiempo estaba yo solo, no recuerdo a nadie en las dos escuelas primarias que estuve que dibujara tan bien como yo, ni siquiera había quien se acercase a mi nivel (que modesto). Por lo tanto era yo una rareza y chicos y grandes alababan mis destrezas artísticas y por eso era yo muy requerido en cualquier libreta ajena.

A aquel niño llamado Pablito le hice muchos dibujos e incluso libretas enteras que algunas veces llegue a pintar (recuerdo mucho una libreta con ilustraciones de las tortugas ninjas) con esos prismacolor que ya no hacen como antes.
Mi primer encuentro con la muerte ocurrió justo en esa época, el primer acercamiento al temor a morir también.
Fue cuando una niña que se sentaba enfrente de mí y Pablito, estando en el patio de su casa, se cayó dentro de un pozo y se mato. Tenía 11 años.
El día que fuimos a su velorio, la vi dentro de su ataúd y con eso fue suficiente. Esa misma noche no pude dormir y vomite varias veces antes de poder conciliar el sueño. La falta de sueño me duro como tres días y en todos esas veces mi mente me mandaba una y otra vez imágenes de la difunta, era un niño bastante débil.

Mientras eso pasaba entre semana, los fines de semana mi hermano, mi padre y yo construíamos lo que hoy es la casa de mi madre (porque mía no es, a mi no me costó ni un peso). Fueron los peores sábados y domingos de nuestra vida y… duraron muchos años. Demasiados años y… tantos rencores.

Tuve una buena infancia… vivir en callejón sin salida era genial, vivir con tanta familia alrededor era también muy bueno, vivir con una bisabuela que festejaba todas las tradiciones y de fe católica era bastante divertido, ya saben… las posadas, las piñatas, el nacimiento, el árbol de navidad y los regalos, no tener play station ni x-box no importaba porque una de mis tias puso un local del apenas naciente “atari 2600” y con eso estaba bien. Además, y de todas maneras, era mejor tener amigos en toda la cuadra y sus alrededores que estar frente a un monitor o consola.

Mi padre mando a hacernos unas argollas de gimnasia que el colgó en un árbol que estaba frente a la casa de la abuela y por años nos divertimos en esas argollas dando vueltas y vueltas y contemplando el mundo de cabeza desde lo alto.

Y por encima de todas las cosas, estaba y está y estará… mi madre. A veces pienso que es la mejor madre del mundo, y no lo digo porque es mi madre, sino porque con hechos y no palabras lo ha demostrado infinidad de veces. A veces pienso que no soy el hijo que merece, pero… he tratado de serlo. Mi madre es mi verdadera mejor amiga.

Mientras los años pasaban, llego el año en que hubimos de egresar de la primaria y…



2 comentarios:

  1. como olvidar esa libreta ... desearia tener la maquina del tiempo para saber donde quedo y no perderla!!! era unica en su tipo!!!

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  2. y no puedes dejar fuera a la señora q vendia tortas en el receso!!

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