martes, 31 de julio de 2012

No norte, no sur, no este, no oeste. (parte tres y final)




El lugar en el que estoy se empieza a mover,

O más bien…. A sacudir, como en un temblor.
Cables y pantallas por igual se balancean repentinamente.
Todo se agita
Casi podría jurar que escucho chirridos de metal contra metal.
Algunas luces, las pocas que hay, han empezado a apagarse.
Ahí en uno de los monitores aun se sigue la mostrando la imagen del espejo en el que me miro (¿o el espejo en el que me encuentro?)
Me doy cuenta de que la cosa que yo llamo nave se está despedazando.
Hay fuego y pequeños incendios.
Una de las pantallas con vista al exterior me pone al corriente de lo que está pasando afuera:
Una inmensa ola viene engullendo todo proveniente desde los confines del universo y viene directamente hacia la nave y hacia mí.
Este cacharro ultra tecnológico no se mueve hacia ningún lado.
Se queda en la nada, recibiendo la ola.
La nave es golpeada de lleno
Todo se cimbra, mi cuerpo mismo empieza a sangrar, como si estuviera reventando desde adentro
Ojos y oídos expulsan líquido.
Como una débil barca en altamar y en plena tormenta, la nave  es avasallada por la ola que se contrae…
La nave y yo somos arrastrados junto con todo lo que no rodea.
Estrellas, lunas, planetas… galaxias enteras son impactadas y de súbito para siempre borradas del mapa espacial.
La nave parece estar hecha para, de alguna manera inexplicable, “navegar” en la ola que se contrae hasta el punto donde empezó todo.
No puedo decir cuánto tiempo la nave es arrastrada mientras todo perece y desaparece…
Hemos llegado ya hasta la vía láctea; sigo sin saber la cuestión del tiempo… pudieron haber sido cientos de años los que han pasado.
Mi cuerpo no ha sufrido los estragos del tiempo, mi mente si.
Una mente moribunda para un cuerpo que no muere.
No es un trato justo.
La vía láctea ha desaparecido, el Sol se encarga del resto y los alrededores.
A través de las ventanas irrompibles de la nave puede ver como la ola ya va adquiriendo la forma de una onda que llega a su fin.
Veo un circulo que empieza a cerrarse…. Afuera del circulo no hay nada, no está oscuro no claro.
No hay cielo ni suelo
Ni hay vida ni muerte
No hay dolor ni placer
No hay quien se salve ni hay a quien salvar.
No hay Norte
Ni hay Sur
No hay Este
Ni Oeste
La nada… el vacio infinito.
He llegado junto con la nave al punto donde empezó el “big bang” hace incontables eones.
Es como estar en el hoyo del fregadero.
La nave ha soportado todo. Ha sobrevivido junto conmigo al fin del universo

La nave se me revela como una presencia orgánica e inteligente y me habla, yo la escucho en mi mente.

(Al escucharla por primera vez, mi mente toma control del cuerpo que habito. Puedo moverme, caminar… puedo tocar mi rostro y sentir el parecido que guardo con el cuerpo original que murió en la Tierra)

Y resulta que…
No es una nave, realmente nunca lo fue…
Es un Dios
Es un Dios y yo lo habito.
Es un Dios y me ha elegido a mí para ser el último ser vivo sobre la nada.
Pero…
No estoy interesado en eso.
Elijo, libre albedrio, la muerte junto con todos los demás.
La invoco, pero ella no está pues también ha muerto.
No tengo elección si quiero morir debo matar al Dios que habito.
Y en este lugar aunque no existe el norte, ni el sur, ni el este ni el oeste…
Es fácil encontrarlo.


FIN



lunes, 2 de julio de 2012

No norte, no sur, no este, no oeste. (parte dos)





Ya no hay espejo, hay un mundo dentro del espejo y yo estoy despertando en él, en esa nueva realidad.
Despertando en un nuevo cuerpo, supongo que mi cuerpo original no soportó la devastación que ocurrió en la Tierra al momento en que fui “jalado” (o abducido) a este extraño mundo vítreo que, a decir verdad…. No es un lugar lleno de espejos, más bien es un lugar repleto de extrañas maquinas, y cables ¡Por Dios! cables por todos lados. Cables que salen de mi cuerpo, cables que salen directamente de mi cerebro y se extienden por encima de mi cabeza y de ahí a algún lugar oscurecido, desconocido.
No siento mi cuerpo, desnudo y frágil, no siento este cuerpo que no es mío pero que es parecido al cuerpo que deje en la Tierra.
¿Estoy en alguna clase de nave interespacial?
El lugar se asemeja bastante a las ilustraciones que veía en mis viejos comics de ciencia ficción.
No puedo moverme, estoy tan rígido como el pene de un viejo que ha consumido viagra, estoy flotando sobre algo parecido a una silla
Más cables rodeando la silla, rodeándome.
No hay ninguna clase de ruido,
No hay sonidos en este silencio esterilizado y ennegrecido.
Sin música de fondo para el apocalipsis.
Mi apocalipsis personal.
Solo puedo mover los ojos, 360 grados es mi limite.
Pero solo veo lo que la oscuridad me permite, no más allá
No puedo medir el tiempo que llevo ahí flotando,
No sé si es de día o de noche
Pero si se que el tiempo está transcurriendo ahí dentro de ese lugar.
Este cuerpo que no es mío ha empezado a envejecer poco a poco.
Sobrevivo a base de sondas de alimentación y líquidos que alguna maquina me suministra…
El tiempo sigue pasando, escucho un sonido por fin.
Justo cuando ya me he vuelto loco y no me importa bastante el sonido si no que causo ese sonido.
Se ha abierto una ventanilla de forma ovoide al exterior, confirmando que es el espacio exterior, algo parecido a un grueso vidrio protege la ventana, solo puedo echar un vistazo con mi mirada de 360 grados…
La ventanilla se abrió por el lado izquierdo de este cuerpo.
Puedo ver lo que hay afuera de este lugar.
Estoy en el espacio.
Un espacio de color blanco…
Sin estrellas,
Sin grandes meteoros, sin planetas, sin galaxias.
No hay nada.
Quizás este en una nave flotando en la nada.
En un viaje a la nada, re-descubriéndola.
Súbitamente emerge una pantalla del piso, se posa frente a mis ojos
La luz del monitor es fría. Se ha encendido automáticamente.
El frio me invade.
Escucho más sonidos.
Y veo una primera imagen
Soy yo.

Es un espejo…



(Continuara...)