martes, 8 de diciembre de 2009

El eje podrido, los adioses y la niña que representa el futuro y mis carencias interiores





Hola!


Estaba a punto de bajar yo del camión,

Delante de mí, había una joven señora,

Ella llevaba a su niña en sus brazos.

La niña tendría dos o tres años según calculé; de piel morena y ojos negros e insondables por su edad.

Repentinamente la niña volteo hacia atrás y se topó con mi mirada.

Y clavo sus ojos en mis ojos.

Sus brunos ojos…

Y por alguna inocente y pura razón levanto su manita, allá desde lo alto de los brazos de su madre.

Y con esa pequeñita mano me dijo “adiós”

Y…

¡Debo de aceptar que me agarro por sorpresa!

Casi por inercia, le sonreí y levanté mi poderosa mano, mi garra derecha y le dije también “adiós”

Y entonces las dos bajaron del camión y se perdieron entre la gente y los autos que circulaban por la avenida.

Y se quedó grabada en mi mente la imagen de la niña.

Despidiéndose de mí, leyendo el futuro en mis ojos.

Viendo como si fuera un libro abierto, todas mis carencias interiores.

Mis ojos desvelados y mi velo traspasado.

Rasgado mi velo de Isis,

El frío remontando mi espalda,

El adepto iniciado, que soy yo, es imbuido al mundo mágico por medio de los ojos de una niña.

Pero tengo miedo,

Z        


Adiós!


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