lunes, 20 de julio de 2009

Proyecto 99: perro-tonto-perro (88)


Hola!
26 de enero de 2001.

(Es extraño lo que el orgullo hace)
Comía yo un emparedado, sentado en una banca de un parque cualquiera.
Un decrepito, viejo y sarnosísimo perro se presento ante mis ojos.
Aquel infeliz can daba lastima tan solo verlo de lejos.
El animal (el perro, que no yo) se encontraba buscando un lugar donde haya sombra.
Lo encuentra justamente debajo una banca aledaña a donde yo estoy sentado.
Alcanzo a ver más de cerca al perro.
Esta bañado en agua sucia, su pelaje es un solo un triste recuerdo de lo que la enfermedad hizo en su piel, algunas partes de su lomo están quemadas de forma inenarrable.
Es un perro viejo y entelerido.
Apesta a podrido.
A pesar de mi total desagrado hacia los perros, me acerco hacia el y deposito un pedazo de mi emparedado a escasos centímetros del hocico del can.
Y espero a que, ansioso, devore el preciado pan, pero…eso nunca paso.
Desprecia mi comida y prefiere dormir la siesta antes que aceptar lo que yo le compartía.
Perro orgulloso. Que la Muerte te sea breve.
Perro tonto. En tu orgullo eres sabio.
Asi que el perro de repente cierra los ojos para dormir una larga siesta mientras yo me alejo y se queda solo el, con sus pulgas.
El fin al fin.

Adiós!

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