viernes, 6 de marzo de 2009

Z.M.L. 2: El conocimiento de mi mismo (de alguna extraña forma) y mi desafío


Hola!
Que maravilla Zuri, que maravilla!
Parece que fue hace miles de años que tu y yo nos conocimos…
Y sin embargo, no fue hace miles de años que nos conocimos…
Fue apenas hace un instante, mi querida.
Un instante equivalente a un rápido parpadeo.
Así de breve fue; nos conocimos tan de repente que no nos dimos tiempo para conocernos,
Casi nunca estábamos en el mismo lugar…
Siempre me reclamabas más tiempo para que estuviéramos juntos, pero mi tiempo era para otros y nunca para ti.
Que pena por ti, en verdad yo siempre te tenía junto a mí pero no te dabas cuenta.
Vivías (y aun vives) dentro de mí…anclada a mi alma,
Como un duende travieso que se apropia del bosque, así tú te apropiaste de una parte de mí.
Aunque de una extraña forma, yo deje que eso pasara.
De una extraña forma deje que me echaras tus lazos.
Pero… ¿ya ves? Los lazos, los vínculos que creaste tiempo ha, fueron muy fuertes. Los mejores diría yo.
Por eso es que hoy sabes de mí, Porque tus lazos me llamaron. Porque creaste unos lazos afectivos tan efectivos que desde que nos separamos tu vives dentro de mi, y yo vivo dentro de ti. Pero no nos damos cuenta. Almas condenadas a compartirse.
Vives pues en mí, porque negar que no fueras importante para mí, seria como negar mi propia existencia.
Aunque… es curioso, me da un poco de pena porque mirando atrás en la distancia me doy cuenta que yo no hice lo suficiente para ser tuyo siempre…
¿Cómo te lo explico? No merezco que me lleves en ti, ni en tu memoria.
Apenas nos conocimos y al poco rato de eso, nos perdimos para nunca mas volver a vernos…
Casi nunca hablábamos…y casi nunca hubo un roce de manos o lo que sea que entiendas por eso.
Casi nunca nos sentamos a hablar de las cosas que nos gustaban y las cosas que no nos gustaban como hacen todos los demás… de alguna extraña forma, yo sentía que eso no importaba, lo único que realmente a mi me importaba era que cuando yo te dijera: –Ven. Tú vendrías. Y que cuando yo dijera –Si. Tú también dirías lo mismo.
Eso era todo lo que necesitaba: A la incondicional.
La incondicional que me tendería la mano cuando yo cayere.
Pero…rayos! Jamás caí; no pude, ni puedo, ni podré darme el lujo de caer. Por eso es que casi no necesite de ti.
Perdón.
Lo mas inverosímil de nosotros, es que mis aficiones artísticas me mantenían ocupado una buena parte del día y… Nunca me pregunte si a ti te hubiera gustado tener un dibujo mío.
Aunque tampoco tú me lo pediste. Éramos los dos igual de tontos, aunque yo (humildemente) acepto que era el doble de tonto que tu, querida.
De lo poco que recuerdo de nosotros, es que decías que te tenía miedo. Y yo te decía que no. Que lo que te tenía era precaución!
Bueno, a fin de cuentas; así era la forma de expresar mi loco amor. Negándolo.
Incluso llegue a renegar de tu nombre e incluso ¿Por qué no? Llegue a calumniarte y a inventarte un romance con una persona que era tu primo! Creo que tu lo supiste, pero si en algo te compensa lo hice por mi bien y además nadie resulto afectado. De veras que era yo una cosa rara.
Pero, si en algo te consuela, yo era una cosa rara que pertenecía a ti, solo que no supiste aprovecharte de eso y dejaste que el amor o lo que seas que entendías por eso, muriera.
Muriera como un ave golpeada por la tormenta.
Y efectivamente, jamás estuve enamorado de tu mejor amiga como luego me escribiste.
Claro, a menos que Código: A.C.P.A. fuera tu mejor amiga.
Ah, Mentira! Solo estaba bromeando…aunque si fuera verdad o mentira, ya no tiene importancia. Al menos, ya no para ti!
Oye! aun guardo las únicas cartas que tengo de ti en mi carpeta especial. Se me olvido decirte que escribes muy bonito y que tus letras son una parte importante de tu belleza.
Y todavía me quedas a deber aquel poema que tanto presumes.
No se como le vas a hacer, pero necesito que tu mente viaje en el tiempo y se ubique en aquella época nuestra e intentes escribir ese poema de nuevo.
De algún modo, me parece fascinante y halagador que hubo quien despilfarró su precioso tiempo en dedicarme un poema.
Y es que, si hay algo que yo valoro al punto de las lágrimas es lo que una persona escribe de otra,
Eso si me puede volver loco de felicidad. Creo firmemente en el poder de las cosas escritas en un papel (¿o en un blog?). Cuando quieras matar o levantar a alguien de su lecho de enfermedad escríbele algo y comprenderás el poder que te menciono; nada hay como una buena prosa o un poema.
Es casi magia. Es el pregonado camino al palacio!
Así que recuerda: quiero ese poema, porque te lo he pedido desde hace muchísimo tiempo.
Hey ¿alguna vez te conté de la poeta que conocí? Eso si fue un viaje!
No me imagino que cosas escribiste de mi, ojala fuera un poema que hablara de muerte, oscuridad y arte.
No, ¿verdad? No creo. Supongo escribiste algo mas tierno.
Eso es lo que me tiene maravillado… ¿Qué sentimiento de ternura pude o puedo expresar yo si nadie conoce mi lado tierno?
¿Crees que alguna vez tuve un lado cursi?
Los lineamientos que rigen mi vida nueva me prohíben absolutamente ser sentimental, (me he convertido en una fortaleza impenetrable e inexpugnable) si antes no lo fui suponte ahora! Soy la peor parte de mi mismo. Me he vencido a mí mismo y ya no queda nada de lo que fui.
Muerto. Ese fue el pacto.
Pero…mira, que ya estoy equivocando el sentido de estas palabras escritas. El motivo de estas líneas debería ser tu felicidad, Zuri.
Mi alma se llena de gozo al saber que ya estas esperando tu segundo bebe! No puedo imaginar lo que sientes en tu embarazo. Adivino que estar embarazada debe ser la dicha más grande que una mujer pueda tener.
Hey!
Perdón por escribir cosas tan densas, pero no puedo ya escribir de otra manera, es como si alguien desde adentro de mi me dictara cosas que yo no debería escribir, lo siento… no puedo controlarme a mi mismo. Nunca he podido, verdad?
Quiero verte de nuevo, saber de ti.
No importa el pasado que nos DES-une, importa que quiera verte.
Sin poner los sentimientos de por medio, solo quiero verte por que se me ha pegado la gana…si quieres llamarlo un capricho, llámalo así.
No tengo intenciones de revivir nada contigo (ni tu tampoco). Respeto lo que eres ahora; es solo que quiero verte y verte quiero. ¿Hace falta que lo escriba de nuevo?
Pero… si no quieres tu verme de nuevo, yo lo comprendo.
Y si. Acepto tu amistad, aunque eso signifique que algún día tengamos que volvernos a mirar a los ojos.
Ojos…
Ahora que recuerdo, escribiste algo acerca de mis ojos en tu segundo e-mail.
Déjame decirte algo, tienes razón en lo que escribiste.
No conozco el miedo pero conozco de mis ojos. Curiosamente, el único parecido que tengo con la mía madre son los ojos… es la misma mirada, una copia exacta que perdura en mi rostro.
Lo que tus ojos vieron y miraron es la pura verdad. Es ley. Pero solo tu la descubriste y por eso te llamo siete veces magnifica y me regodeo de haberte conocido.
Pero, nena; eso nunca ha sido un pretexto para enamorarse, como te escribí antes: estabas confundida (y multiplicada por 3, me explico?)
No sabes lo que la persona dueña de estos ojos que revelan cosas sintió la segunda vez que miraron el cañón de una pistola.
Si. Aquella arma que da muerte, estaba justo enfrente de mi mirada y la persona que la portaba no era precisamente un santo.
¿Sabes lo que sentí?
Indiferencia.
Descubrí que me da igual vivir o morir, nada ni nadie me liga a seguir aquí en este hermoso planeta. Yo no era así. ¿Qué me ha pasado?
Dímelo tú, que (a pesar de todo) sabes más de mí que yo mismo.
Dímelo tú, Oh! Porque ya me da igual la vida que la muerte.
Explícame en que momento amargo de mi vida, pase de tener temor a morir a desear estar muerto.
Hazme saber por que viven dentro de mi, personalidades múltiples y por que cada una de ellas se pelea por tomar el control de mi enérgico cuerpo.
Dime en que momento se extinguió el niño y apareció el monstruo que veo todos los días en el espejo.
El extraño de dentro del espejo.
Mi oscuridad no tiene principio ni fin. Aceptaría tu luz, aceptaría el don.
Quizás, tu sabes estas respuestas porque tu las leíste en mis ojos antes de que siquiera yo supiera que te haría estas preguntas…me explico?
Y si. Acepto tu amistad, aunque eso signifique que algún día tengamos que volvernos a mirar a los ojos.
Y no es que eso sea malo, simplemente que no se que voy a decir cuando te vea otra vez!
Temo que me falten las palabras.
Temo no estar a la altura del re-encuentro…
No te digo Adiós! sino:

Hasta luego!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

dudas, sugerencias o comentarios?