lunes, 1 de febrero de 2010

Verónica Apareció En La Tierra Un Dos De Febrero.



Hola!


Sucedió que se filmaba una película de cine negro,
A decir verdad, era una película de mediano presupuesto, alejada del mundano cine de Hollywood, esta película era más bien cercana al cine de arte europeo.
El director era un neurótico que mas bien parecía ser el enemigo numero uno de todos los actores. La producción estaba harta de sus regaños, no faltaba el que deseaba ver terminada esta filmacion solo para librarse de las vejaciones del director.
El último día de la filmacion se haría en una locación y se grabaría la primera escena de la película; solo la protagonista fue citada ese día, ella y cientos de extras. La cita se dio a las seis de la tarde. Esperaban que en lo que ensayaban y montaban el equipo se hiciera de noche, además estaba pronosticado mal tiempo. El director quería lluvia para su escena final.
Veronik, la protagonista, repasaba su libreto dentro de su camper, no le gustaba el silencio y por eso dejaba prendida la televisión para al menos tener un “ruido de fondo” que le hiciera compañía. Había en su camper un espejo que estaba decorado con una cantidad enorme de fotos y calcomanías de gatos de todos colores y pelajes, quizás ella lo decoró asi porque veía el reflejo de si misma en los ojos de los gatos y por eso cubrió el espejo para no dejar muestra de alguna imagen suya.
Solo quizás…
La verdad es que ella amaba su rostro, y más aun sus ojos ¿Como no amar esa mirada enigmática? Esa mirada capaz de convencer a hombres y mujeres por igual; su mirada, que decía más que un discurso.
La noche ya estaba acaeciendo.
La luna fulguraba como un nuevo sol, las primeras gotas de lluvia empezaban a hacerse notar.
Alguien tocó a la puerta del camper de Veronik. Su llamado estaba ya programado para los próximos quince minutos. Ella desde adentro escuchó el toquido en la puerta y se preparó para salir.  Antes de eso se despidió de la flor de girasol, que cansada de esperar por el sol se hallaba dormida, que estaba sobre una de las cajoneras de su camper.
Y abrió la puerta.
Ya tenía puesta la ropa para la escena que se filmaría.
Llevaba un gabán negro, un vestido de marca channel (a cuadros blanquinegros) y un amplísimo sombrero que dejaba ver parte de su cabello que caía sobre sus hombros. Toda esta ropa contrastaba notoriamente con sus zapatillas Manolo Blanik que eran de un intenso color rojo.
La persona que había tocado a su puerta la aguardaba ya con un paraguas, la saludó y juntas se enfilaron hacia el sitio de filmación.
En todas las calles de alrededor la gente se arremolinaba para poder ver a su estrella Veronik, la locación se ubicaba justo dentro de un estrecho callejón de la ciudad, lo cual hacia prácticamente imposible tener un vistazo de la estrella.
El director y Veronik discutían detalles acerca de lo que el intentaba filmar y de las emociones que buscaba provocar en el publico.
Todos los extras, mientras, fueron requeridos para entrar a escena… debían llenar el callejón con sus cuerpos.
Olvidé decir que los extras deberían lucir (maquilladas) como personas muertas… tiradas en el piso del callejón y que Veronik debería caminar sobre todos esos cuerpos.
La lluvia ya estaba arreciando, de poco sirvieron los paraguas pues había viento.
Veronik estaba lista para filmar…
Encendió un cigarro de esos negros y delgados.
Una bocanada de nicotina y alquitrán.
Los reflectores se encendieron apuntando hacia el centro del callejón.
Veronik caminó hacia ese haz de luz.
Las videocámaras ya estaban encendidas y grabando.
La lluvia solo empeoraba.
Todos estaban empapados.
Un relámpago iluminó el cielo.
Una Tormenta.
El director estaba muy atento a las cámaras, en las pantallas se veía el elegante caminar de ella a través de aquellos cuerpos.
Luego ordeno un close-up a su rostro, hasta llegar a su mirada. Sus ojos parecían perdidos, había en ellos una extraña presencia, algo desconcertante.
El director, cabreado, dejó de mirar las pantallas para mejor observar a Veronik con sus propios ojos.
Entonces tuvo miedo.
Ya no había nadie en el haz de luz, excepto los extras que aun permanecían regados en el piso bajo la inclemente lluvia.
No lo podía creer, volvió a mirar a las pantallas de las cámaras y notó que Veronik aun seguía ahí, caminando con su elegante andar.
A través de las cámaras Veronik lo miraba.
Pero fuera de las cámaras., Veronik no existía más.
De pronto, un escalofrío recorrió la espina del director.
Tragó saliva al tiempo que pidió cortaran la filmacion… pero no hubo quien lo hiciera, de repente todo dejó de existir… solo quedo él, sentado en su silla, frente a aquel haz de luz. Ahora todo era oscuridad.
El director se levantó de su silla y se dirigió hacia la luz.
Apenas se levantó, el mundo negro en el que estaba se empezó a reducir hasta límites exagerados.
El único mundo que quedaba era el haz de luz que ahora se había convertido en un sendero dorado.
El director empezó a caminar por aquel recién formado camino,  a cada paso que daba desaparecía más y más el sendero. Debía de apurarse o correr el riesgo de desaparecer para siempre. Casi al final del camino, que tenía forma de embudo, había un agujero por donde se escuchaban voces.
Cuando estaba a menos de un metro para llegar a ese agujero le pareció escuchar la voz de Veronik.
Si. Efectivamente era la voz de Veronik que decía:
“¡Corte!”
Y todo desapareció.
Todo.
Del otro lado del agujero, había una sala de parto.
Veronik, convertida en una especie de espíritu, miraba con ternura el nacimiento de una hermosa nena.
Una hermosa nena que era ella misma.
El calendario marcaba el día dos de febrero.
Veronik se dijo a si misma:
“¡Corte!”
Y entonces…

Verónica decidió nacer.



FIN.


Adiós
(¡Feliz Cumpleaños Vero! Perdona por no escribirte un extenso poema pero sinceramente, ¡¡Esto es mejor que 1 poema!! Te mando 1 beso y 1 abrazo)

1 comentario:

  1. Definitivamente es mejor que un poema, me ha encantado mi propio noir film ha sido un regalo muy especial de cumpleaños

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