viernes, 6 de noviembre de 2009

Preludio en el poema y declaración de intenciones para usurpar el trono de la noche.


Hola!

-Soy como tú, ¡oh noche! oscuro y desamparado; camino por la llameante senda que está encima de mis sueños diurnos y siempre que de mi planta pisa la tierra brota de ella un roble.

-No; no eres como yo, ¡oh loco! Pues aún volteas a ver que tan grande es la huella de tus pasos en la arena.

-Soy como tú, ¡oh noche! silencioso y profundo, y en el interior de mi soledad yace una diosa en trabajo de parto; y en el ser que de ella nace el cielo toca el infierno.

-No; no eres como yo, ¡oh loco! Pues te estremeces antes de sentir el dolor, y el descubrir el abismo te aterroriza.

.Soy como tú, ¡oh noche! bravo y terrible; pues mis oídos oyen los gritos de naciones conquistadas y suspiros de tierras abandonadas.

-No; no eres como yo ¡oh loco! Ya que aun estimas a tu pequeño ego como un amigo, y no puedes ser amigo de tu monstruoso ego.

-Soy como tú, ¡oh noche! Cruel y terrible, pues mi pecho se encuentra iluminado por barcos que se consumen en el mar, y mi boca está húmeda de sangre de guerreros decapitados.

-No eres como yo, ¡oh loco! Pues aun anhelas hallar a tu alma gemela, y no has logrado ser ley para ti mismo.

-Soy como tú, ¡oh noche! jubiloso y alegre; pues el que habita en mi sombra se encuentra ahora ebrio de vino virgen, y quien me sigue va pecando con placer.

-No; no eres como yo, ¡oh loco! Pues tu alma se encuentra envuelta en el velo de los siete dobleces, y no llevas el corazón en la mano.

-Soy como tú, ¡oh noche! resignado y apasionado; pues en mi pecho se hallan sepultados mil amantes muertos, cubiertos en sudarios marchitos.

-Loco, ¿en verdad piensas que eres como yo? ¿Crees parecerte a mí? ¿Puedes montar en la tempestad como un caballo salvaje, y empuñar el relámpago como si este fuera una espada?

-Si; como tú, ¡oh noche! soy como tú, poderoso y elevado, y mi trono esta asentado sobre las montañas de los dioses caídos; y también ante mi corren los días para besar la orla de mi veste, sin siquiera mirarme al rostro.

-¿Piensas que eres como yo, tú, el hijo de mi mas oscuro corazón? ¿Puedes imaginar mis indómitos pensamientos y hablar mi extenso lenguaje?

-Si; somos hermanos gemelos, ¡oh noche! Pues tú descubres el espacio y yo descubro mi alma.

poema escrito por el poeta amante del libano: gibran khalil gibran.

Adiós!

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