sábado, 1 de noviembre de 2008

los misterios del amor...



hola!
este proximo sabado nos encargaron un cuento en la escuela... he aqui mi humilde cuento, le faltan algunos detalles... tal vez un cinco por ciento, pero es algo minimo... no es la gota que colma, pero este cuento me gusto y cualquier parecido con mi realidad es pura coincidencia!

ANOTHER CONCEPT PRO! y ANOTHER TALES orgullosamente presentan:

Bestia salvaje:

“Nueve. Nueve son los años que tardo el destino en hacer que coincidieran en esta vida. Y a estos nueve años le sucedieron veintisiete años mas para que por fin estas dos almas marcadas por la separación pudieran conocerse y mirarse a los ojos…”

Primero apareció en la Tierra el conocido como León, descendiente de fuertes padres y que al haber nacido en un mágico año bisiesto, los brujos todopoderosos de la Selva Negra le auguraron un brillante futuro, le procuraron con toda suerte de señales divinas y le otorgaron por amuleto la pavorosa estrella flamígera. La madrugada de su nacimiento se convirtió en una fiesta que culmino ocho días después.

Y pasaron semanas, meses, años y edades que el mismo tiempo por ir tan aprisa no pudo contabilizar. Aquel cachorro creció y creció fuerte como sus antecesores y era la dicha de su familia. El incipiente y joven León vivía feliz, hasta que un domingo sombrío se alejo de su manada y fue atrapado, encerrado y atormentado por los humanoides que habían puesto trampas en lugares precisos de la Selva Negra. Ya privado de su libertad, el felino fue puesto en una sólida Jaula y exhibido vulgarmente en el zoológico del Viejo Circo, que se encontraba en la periferia de una sucia ciudad, junto a otras bestias desconocidas y solo inferiores a el, en poder, mas no en voluntad. Allí conoció al inmenso y egocéntrico Elefante, así como también al ponzoñoso Escorpión que solo dañaba a los que intentaban aplastarle; ambos dueños de un corazón de Oro. Las edades seguían pasando y el gran gato se amargaba al traer a su memoria otros tiempos en los cuales verdes pastos acariciaban sus patas y la fragancia de las flores deleitaban su olfato. Pero el tiempo trabaja de una forma extraña y el León se resigno a vivir enjaulado hasta que el Ángel Maligno viniera a segar su vida.

Mientras estas cosas sucedían, la otra mitad que le faltaba al León llego a la Tierra en forma de una asquerosa y repulsiva Oruga que habría de convertirse en una bella y brillante Mariposa pintada con los siete colores del Arco iris y hacedora de movimientos graciosos que brindaban alegría a la Vista. No se sabe nada de la historia de su familia, ni del momento en que comenzó la fiesta de su vida, ni del día en que comenzó a volar por los azules cielos hasta encontrarse dentro de una red para cazar mariposas (De esas que los humanoides ponen en la Selva Negra).

Nadie sabe por que el destino lo escribió así, pero el cazador de mariposas al ver tan estupendo ejemplar, no se atrevió a atravesarle el frágil cuerpecillo con un alfiler para luego exhibirla como parte de su colección; sino que, todavía maravillado, decidió venderla a un alto costo al Viejo Circo, donde otros humanoides pudieran embelesarse con sus vivos colores y sus ágiles vuelos.

Así pues, el Viejo Circo donde la Mariposa fue vendida, era el mismo en el cual el León de mágicas señales poseedor de la estrella flamígera permanecía enjaulado desde hacia mucho tiempo. La dura vida a la cual el felino se vio sometido lo había transformado en una bestia asesina e impía. La frágil Mariposa fue ubicada en un habitáculo con tres paredes de cristal por donde todos los humanoides podían verle y tomarle fotografías, pues este insecto lepidóptero era único en su especie y no tenia igual en el Universo.

Al pasar de los días, muchos fueron los humanoides que intentaron robarse a la Mariposa de su cautiverio y hubo otros que intentaron comprarla hasta por toda el agua del último afluente en el mundo. Nadie tuvo éxito hasta que la misma naturaleza reclamo para si misma lo que era de su propiedad. Sucedió que una noche llena de estrellas, un súbito temblor estremeció las mismas placas tectónicas del planeta y por un lapso de medio minuto todo fue caos y destrucción. Familias enteras fueron separadas por este suceso y grande fue la desgracia de los humanoides. A causa del movimiento telúrico muchas jaulas en el zoológico del Viejo Circo quedaron dañadas. Algunos animales fueron a la ciudad y provocaron mas pánico entre la gente; otras bestias fueron a ocultarse al Monte e hicieron de este su morada. Un pesado poste de concreto había caído encima de la jaula del León y abrió la puerta para así dejar libre al felino que lastimado por el impacto trato torpemente de correr; imploro a los brujos por fuerzas para escapar del siniestro y elevo los amarillos ojos hacia el Cielo como buscando alguna clase de señal, entonces la obtuvo; por vez primera vio a la brillante Mariposa que volaba temerosa sin norte ni sur. De alguna manera en ese momento el gran gato supo que ese delicado insecto de bellos colores, aun en su fragilidad seria capaz de volar dentro de la Tormenta y sobrevivir a ella. Animado por el hechizo que ella parecía ejercer en el, se incorporo en sus cuatro patas y echo a andar con la Mariposa que le seguía.

Al medio día, después de muchas horas de haber pasado el temblor, el León y la Mariposa detuvieron su trayecto solo para hallarse internados en el Monte, lejos del Viejo Circo y la ciudad.

A partir de ahí, surgió una extraña amistad solo medida por la distancia que hay de una galaxia a otra; una amistad que los demás animales del Monte desaprobaban, ya que a sus espaldas les echaban miradas de desprecio. Las frías montañas eran mudas testigas de lo que entonces pasaba y solo el pájaro que cada cien años bebe una gota de agua del océano escuchaba como los corazones de el y de ella latían al unísono. Y cuando llovía, ella se ocultaba entre la melena de el. Y cuando el Sol era intenso, ambos se refugiaban bajo la sombra del Árbol de la Vida. Y solo ella podía consolar los momentos tristes de el y los dos eran uno mismo.

Pero… por momentos el León se sentía terriblemente solo en el mundo y deseaba la Muerte. La Muerte amaba al felino como se ama a un hermano y juro jamás tocarlo hasta el día señalado, no antes. Aun en su libertad, el pobre León era infeliz y aunque su fiel amiga la Mariposa lo trataba bien, de alguna forma eso no le era suficiente, pero nadie, ni el mismo animal sabia el por que. El se sentía incomprendido. Tenia que desaparecer de aquel Monte. No pertenecía ahí.

Una lluviosa tarde la Mariposa dormía a un lado del León y sin querer, el puso su enorme pata delantera derecha cerca de las alas de ella, con espanto vio cuanto daño podría provocarle el mas mínimo toque de sus garras al delicado cuerpo de la Mariposa. Aun conmocionado por la revelación y el futuro que vislumbro si se quedaba mas tiempo en el Monte, se levanto con mucho cuidado y secretamente vertió una lagrima, tal vez dos.

Los misterios del amor le habían sido revelados y para cuando la Mariposa despertó, ya el no estaba. Se había ido; tal vez para siempre. Otras mariposillas del Monte y ella lo buscaron por días, pero todo fue en vano, simplemente se fue sin dejar rastro. Como si se lo hubiera tragado la tierra. Nunca más se mirarían a los ojos, nunca mas compartirían momentos felices y nunca mas se refugiarían el uno en el otro.

Cuentan los brujos que aquel León se encuentra de nuevo en la Selva Negra, junto a otros y otras de su especie…

Cuentan los brujos que por fin encontró la Paz y la Comprensión que en el Monte no logro encontrar ni supieron darle…

Cuentan los brujos que en las noches de Luna llena el León llora en secreto por la bella y brillante Mariposa…

Pero también se cuenta que…una bestia salvaje como el León no puede llorar.




FIN.(Cuando su imagen se borro del espejo apareció en el vidrio la palabra libertad).



adios!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

dudas, sugerencias o comentarios?